Maurizio Lazzarato states that in contemporary societies, signs always work under a dual register. First, as a representation or signification, organized by means of signifying semiotics, such as language, directed at the production of the “subject”, the “individual”, the “I”; and a second register that brings into play signs with a symbolic effect but whose function is neither symbolic nor significant, “it doesn’t aim at subject constitution but at capturing and activating pre-subjective and pre-individual elements (affects, emotions, perceptions), and trans-individuals, to make them function as components, as cogs in the semiotic machine of capital (104-105)”. That is how “the capitalist system, through representation and signification, creates and allocates roles and functions, it endows us with a subjectivity and assigns us an individuation (identity, gender, profession, nationality, etc.) so that everyone is caught in a significant and representative trap (105)”. People are prisoners, a lot of times from birth, in a game of lineages and social roles that determine, in many occasions, whether they will have the role of exploiter or exploitee. Everyday the residents of the metropolitan area must travel to Mexico City to work and study, and at night we are expelled back to our commuter belts. The 2017 INEGI survey Origen-Destino records that there are 34.5 million trips a week in the Metropolitan Area of Mexico City. The people that live in the periphery make up most of the city’s work base. Nevertheless, we do not have the benefits of living in our country’s capital; we lack urban, educational and cultural infrastructure. Despite working in Mexico City we are not considered its citizens and the State of Mexico does not fulfil its obligations. On the Ignacio Zaragoza Avenue (Mexico-Puebla motorway) chain-link fencing separates the highway from the adjoining neighborhoods; this road is the one used to enter the city from its south and east sides, that is why some local businesses use these fences to advertise their services. They are mainly found near the bus stops and subway stations; this creates an autopoietic neighborhood communication platform where tire repair shops, mechanics, lawyers, psychologists, shamans, stylists and more are advertised. Ciclónica takes places precisely in these spaces. We invited artists to create an image or a text, which were reproduced in digital prints on one square meter canvases. The works were mounted on the fences along the motorway, distributed in the following spaces/stations: Tejones, Caseta Vieja, Cárcel, Peñón Viejo, Clínica 25, Tepalcates. While the works were installed, a lot of people approached us with curiosity to ask what was advertised, since the messages were confusing to them. Because of this reason we had to tell them that it was an exhibition and that we were not looking to advertise or sell anything. We use that support because the people that hang their advertisement there presuppose that these are places with a certain visibility for passersby and for people using the public transport. In this way we seek to use the city, but especially the so-called peripheries, as an exhibition platform and show the works of various national and international artists to the people that move about, or are displaced by, the city. Cited Text Maurizio Lazzarato, “El Funcionamiento de los signos y de las semióticas en el capitalismo contemporáneo”, en Producta 50. Una introducción a algunas de las relaciones que se dan entre la cultura y la economía, YProductions Eds., Barcelona, 2007. Ciclónica Mauricio Lazzarato manifiesta que en las sociedades contemporáneas, los signos funcionan siempre bajo un doble registro. Primero el de la representación o el significado, organizado mediante semióticas significantes, como la lengua, encaminadas a la producción del “sujeto”, del “individuo”, del “yo”; y un segundo registro que pone en juego signos con un efecto simbólico pero cuyo funcionamiento no es simbólico ni significante, “no busca la constitución del sujeto, sino la captura y activación de los elementos presubjetivos y preindividuales (afectos, emociones, percepciones), y transindividuales para hacerlos funcionar como piezas, como engranajes de la máquina semiótica del capital”. (1) Es así como el sistema capitalista, mediante la representación y el significado, produce y distribuye roles y funciones, nos dota de una subjetividad y nos asigna una individuación (identidad, sexo, profesión, nacionalidad, etc.) de manera que todo el mundo es prisionero de una trampa semiótica significante y representativa. Las personas ya están atrapadas, muchas veces desde su nacimiento, en un juego de castas y roles sociales que determinan, en muchas ocasiones, si van a tener el papel de explotador o explotado. Diariamente los habitantes de la zona metropolitana tenemos que viajar a la Ciudad de México para trabajar y estudiar, y por las noches somos expulsados de regreso a nuestras colonias dormitorio. La Encuesta Origen-Destino 2017 del INEGI registra que en una semana se realizan 34.5 millones de viajes en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM). Gran parte de su base laboral proviene de la periferia pero sus habitantes no contamos con los beneficios de vivir en la capital del país; carecemos de infraestructura urbana, educativa y cultural. A pesar de trabajar en la Ciudad de México no somos considerados ciudadanos de ella y el Estado de México no cumple con sus obligaciones. Sobre la calzada Ignacio Zaragoza (autopista México-Puebla) existen mallas ciclónicas colocadas para separar la autopista de las colonias aledañas; esta vía es la que se utiliza para entrar a la ciudad por sus lados sur y oriente, es por ello que algunos negocios locales utilizan estas mallas para anunciar sus servicios. Se encuentran, principalmente, donde hacen paradas los camiones y en las estaciones de metro, lo que genera una plataforma comunicativa autopoiética y barrial donde se anuncian vulcanizadoras, mecánicos, abogados, psicólogos, brujos, estilistas y más. La exposición Ciclónica se realiza precisamente en estos espacios. Invitamos a los artistas a realizar una imagen o un texto, mismos que se reprodujeron en impresiones digitales sobre lonas de un metro cuadrado. Las obras se montaron sobre las mallas a lo largo de la autopista, distribuidas en los siguientes espacios/estaciones: Tejones, Caseta vieja, Cárcel, Peñón viejo, Clínica 25, Tepalcates. Mientras se instalaban las obras, muchas personas se acercaron con curiosidad a preguntar qué se anunciaba, pues los mensajes resultaban confusos para ellos. Por esta razón tuvimos que comentarles que era una exposición y que no buscábamos anunciar ni vender algo. Utilizamos ese soporte ya que las personas que colocan ahí sus anuncios presuponen que son lugares con cierta visibilidad para los transeúntes y para las personas que van viajando en el transporte colectivo. De esta manera buscamos utilizar la ciudad, pero sobre todo las llamadas periferias, como plataforma expositiva y mostrar las obras de diversos artistas nacionales e internacionales a las personas que diariamente se desplazan, o son desplazadas, por la ciudad. 1 Mauricio Lazzarato, “El Funcionamiento de los signos y de las semióticas en el capitalismo contemporáneo”, en Producta 50. Una introducción a algunas de las relaciones que se dan entre la cultura y la economía, YProductions Eds., Barcelona, 2007, pp. 105-106. Antonio Nieto Cuevas Participantes Paul Bélico Luciano Concheiro Abraham Cruzvillegas Mariana Castillo Deball Charros Pablo Castro Daniela Baldelli Stephany Bringas Irmgard Emmelhainz Luis Carlos Hurtado Kulmen Kate Newby Zara Kuredjian Rafael Doníz Anya Gallaccio Ryan Gander Jimena González Daniel Guzmán Luis Carlos Hurtado Gabriela Jáuregui Markus Lichti Brenda Lozano Sonia Madrigal Alejandro Magallanes Mónica Martínez Darío Meléndez David Méndez Migotas Dulce Morales Víctor Muñoz Antonio Nieto Txema Novelo Israel Ortíz Gabriela Rangel Anri Sala Lizbeth Solís Susana Solís Tonatiuh Cabello Rirkrit Tiravanija Luis Valverde Lawrence Weiner Haegue Yang Zeb Zang |